Sobre Minicentrales
Las minicentrales hidroeléctricas son consideradas como generadores de energía limpia. Antes de poder confirmar dicha aseveración, que en algunos casos se cumple, debemos saber cómo funcionan y cómo deberían funcionar.
Principio de una minicentral
El principio de una minicentral hidroeléctrica es aprovechar la energía cinética del agua que proporciona un desnivel. Habitualmente se utiliza una conducción entubada a presión paralela al cauce del río que parte desde un azud y desemboca en una caseta donde se aloja el grupo generador y se conexiona con la red eléctrica.
Las concesiones de caudal se otorgan mediante un Estudio de Impacto Ambiental en el que se incluyen los caudales que “supuestamente” mantiene el río a lo largo de todo el año. Caudales que casi nunca coinciden con la realidad y cuyo cálculo en la solicitud de la concesión se realiza con los niveles medidos más favorables para su explotación.
Consecuencias de estas concesiones carentes de realidad son las condiciones en las que funcionan muchas minicentrales distribuidas por toda la geografía nacional que, en su mayoría, y dadas sus peculiaridades, suelen estar situadas en las zonas altas y en las cabeceras de los ríos donde las características geomorfológicas facilitan este tipo de instalaciones.
Los caudales que fluyen y los caudales que fluctúan
Las concesiones de los caudales de las minicentrales hidroeléctricas están calculadas para que se reduzca el caudal que circula por el río en el tramo entubado entre el azud y el grupo generador, nunca para agotarlo. Siempre para que el flujo del agua sea constante y no produzca fluctuaciones en el caudal que debe circular por debajo del azud ni aguas abajo del desagüe del grupo generador.
Pero la realidad suele ser otra, la falta de caudales necesarios para abastecer a la minicentral y el incumplimiento de la normativa que afecta a estas instalaciones, ocasiona que las empresas que las explotan acumulen agua, para posteriormente turbinarla, creando unas fluctuaciones severas en los caudales.
Otra de las graves prácticas habituales es la desecación de los tramos de río que discurren entre el azud y el grupo generador. Estas actuaciones son un claro incumplimiento de la normativa sobre los caudales de mantenimiento establecidos y del pliego de condiciones de la concesión. La desecación de estos tramos de río unida a las fluctuaciones que anteriormente comentamos tiene como resultado el desecamiento de un tramo durante largos periodos (el que discurre entre el azud y el grupo) y un tramo por debajo de la minicentral, que fluctúa entre avenidas y desecaciones .
Consecuencias
Las consecuencias de esta forma de generar electricidad, como puede entenderse, son nefastas para la flora y la fauna residentes aguas debajo de este tipo de instalaciones. Son notorios los impactos negativos que producen las minicentrales hidroeléctricas, siendo más graves cuando afectan a tramos altos de los ríos, que son los que conservan las características más naturales y que albergan los mejores ecosistemas acuáticos por ser los menos alterados por el hombre.
Conclusiones
Se deduce de estas líneas que la energía producida por las minicentrales hidroeléctricas genera serios perjuicios al medioambiente si su funcionamiento es inadecuado.
La conservación de los ecosistemas pasa, cada vez más, por la preocupación y el interés social a favor de su conservación.
Todos seremos en parte responsables de los perjuicios causados si no somos capaces de denunciar el incumplimiento de unas normas básicas que se pueden observar a simple vista o de ponerlo en conocimiento de las autoridades competentes.
Las minicentrales hidroeléctricas son instalaciones cada vez más comunes en nuestros paisajes, actualmente parece que existe un claro retroceso en el número de nuevas instalaciones por los perjuicios que generan, pero las que ya existen deben cumplir con la normativa vigente o cesar en su explotación.
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