El número de capturas fue considerable habida cuenta de la dificultad del río; destacó una gran «pintona» de 50 centímetros capturada por Juan Fernández

El Ayuntamiento de Trabadelo, en colaboración con el camping de San Fiz do Seo ha organizado las segundas jornadas de pesca para las que ha contado con la colaboración del Club C.M. el río Órbigo. Las jornadas tuvieron como escenario el tramo libre sin muerte del Valcarce situado por encima del acotado de Pereje. Se trata de un tramo muy bonito para la pesca, con abundancia de vegetación de ribera, prados y alisos. Las aguas discurren transparentes y golpeadas, predominando las corrientes y pequeños pozos sombríos. Un río difícil de pescar pero con truchas autóctonas muy valientes. Pese a que predomina el tamaño mediano, a veces sorprenden grandes ejemplares que dan un juego espectacular. Quizá el mayor inconveniente de este tramo es que discurre paralelo, unas veces por la margen derecha y otras por la izquierda, de la antigua N-VI, pero esa circunstancia lo convierte en condiciones normales en una zona muy accesible.

La organización tuvo que solucionar un problema inicial: Al estar en obras la autovía en este tramo, todo el tráfico se desviaba por la antigua carretera, lo que impedía aparcar en muchas zonas. Para evitar riesgos todos los pescadores fueron transportados hasta sus tramos de pesca evitando que tuvieran que usar sus propios vehículos. El concurso se organizó a dos mangas con una hora de intervalo entre ambas, la primera de 11 a 12,30 horas y la segunda de 13 a 15 horas. Participaron un total de 24 pescadores venidos de diferentes lugares tanto de la provincia como de fuera. El número de capturas fue considerable si se tiene en cuenta la dificultad del río. 45 piezas con un tamaño medio de 22 centímetros, pero con notables excepciones, como una gran «pintona» de 50 centímetros capturada por Juan Fernández Manso. El Ayuntamiento de Trabadelo, deseoso de dar a conocer y potenciar el turismo en el valle del Valcarce, obsequió a los participantes con una comida de confraternidad servida en el cámping, seguida de la tradicional queimada. Ángel Barrio Manzanas con nueve truchas se proclamó campeón, seguido de Juan Fernández Manso que también consiguió la mayor captura y de Jaime Delgado Fernández. El premio a la consolación o farolillo rojo fue para Carlos Prada.